Pienso en la orilla, en las olas…. Aunque sea esperando a que sean las cuatro leyendo a pleno sol en diciembre. Oliendo a mar. Cómo puede ser que los dos años tiren tanto a recordar esas sensaciones de tremenda humedad, de cambios de humor, de soledad, incluso del absurdo que es vivir entre tanta absurdez (aunque me repita).
Y ahora viviendo entre mis orígenes, montañas, carácter :-( echo de menos mirar al infinito embobado en lo grande que es EL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario