Cómo describir ese instante en el que se para el mundo mientras contemplo a Juan y a Leticia. Ese instante más largo que jamás he soñado. Sentir cómo Juan, que duerme en el pecho de su madre, se mueve a ritmo de la respiración de quién ha estado con él toda su vida.
Para escuchar por ahí que Dios no existe, y qué sabrán!!!!
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