Desde que era anciano, Paul miraba sin parpadear a sus hijos.
Han pasado muchos años. Se decia cada vez q perdia la nocion del tiempo contemplando al más pequeño de todos.
Ahora
q ya no es tan anciano y las arrugas se han ido de su rostro, ahora que
las horas pasan volando. Ahora q los pañales desaparecen y aparecen los
bocados en la barba. Ahora que es más joven su compañera de vida, Alma, en
estos cortos-largos años, se acuerda d aquel 25 de diciembre cuando
crecieron; de aquel viaje en avión hacia Valparaiso, donde desaparecen los
complejos; De su primer encuentro.
- Alma, le dijo susurrándole al oído, ¿me quieres?
Alma lo miró sonriendo, y le dijo - Te amo, Paul.
martes, 25 de diciembre de 2012
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