martes, 25 de diciembre de 2012

Desde que era anciano, Paul miraba sin parpadear a sus hijos.

Han pasado muchos años. Se decia cada vez q perdia la nocion del tiempo contemplando al más pequeño de todos.

Ahora q ya no es tan anciano y las arrugas se han ido de su rostro, ahora que las horas pasan volando. Ahora q los pañales desaparecen y aparecen los bocados en la barba. Ahora que es más joven su compañera de vida, Alma, en estos cortos-largos años, se  acuerda d aquel 25 de diciembre cuando crecieron; de aquel viaje en avión hacia Valparaiso, donde desaparecen los complejos; De su primer encuentro.

- Alma, le dijo susurrándole al oído, ¿me quieres?

Alma lo miró sonriendo, y le dijo - Te amo, Paul.