sábado, 11 de junio de 2011

Conversaciones de un padre con su hijo dormido

¿Te ha gustado lo que te he leído?

Me encanta leerte, porque a pesar de que estás dormido me escuchas. Lo peor de escribir mientras duermes es lo complicado que resulta, pero me encanta.

No quiero pensar en voz alta para que no te despiertes (para colmo una mosca aparece y nos interrumpe)

¿En qué sueñas?

Voy a llevarte a tu caparazón de duende.

Descansa.

Que Dios te bendiga.