Una vez soñé con/en una piscina. Agua transparente, bruma por la superficie.
Un rostro que quizás eras tú, digo quizás, porque había mucha bruma. Bruma que puede que fuese por esa inquietud del qué hacer con tu vida, del no saber más allá de "esta noche". De vivir al día con sueños de futuro. Pero el rostro de esa mujer con su señal en la parte superior derecha de la barbilla nadando en el agua azul entre rayos de sol se quedó ahí.
Quise interpretar el sueño, por eso del psicoanálisis, pero debido al estado de pasotismo no lo hice, lo recuerdo perfectamente.
Ahora al pasar tantos días de ese sueño, que no recuerdo cuando fue pienso en esa mujer que iba nadando hacia mi.
Se puede interpretar con ese sueño de nueve meses o de seis, de verano caluroso. Quizás esa mujer vino ya, y ahora venga con pelusilla en las piernas y en los brazos y no sea chica, sino chico.
Será momento de abrigarse, de andar un poco y que las rodillas se estiren y desaparezca este dolor de mesa camilla. Será por eso necesario airear la habitación, echarse agua en la cara... y empezar un nuevo día.